Último grito a la cara

Quien te dió el título de víctima? Cuantos años estudiaste para obtenerlo? O es que acaso naciste ya creyendo que todos te debían atención? No estoy para divertirte, no estoy para darte aliento, no estoy cuando no quiero estar, y sin embargo sin quererlo a veces sigo en tu escucha. Despreciás mis palabras como quien escupe su comida, pero venís todos los días a buscar el alimento para saciar tu hambre. No soy tu confesor, nunca estuve en un seminario, nunca me interesó. Si alguna vez te hice de oído fue por gusto propio, fue por querer intentar verte reír y no por venderte un servicio eterno. No hay quien me obligue a vos, no hay contrato entre nosotros que deba de cumplir. Espero que entiendas eso. Espero que en tu cabeza las cosas tomen el lugar apropiado y ahí veas que vos sos quien tiene desiciones que tomar. Nadie va a ayudarte, nadie puede actuar por vos. Despierta, que ya es hora.